20 de febrero de 2007

Pequeño ratón

Algo cambió para siempre en mi vida esa noche de sabado, cuando fuertes e incontrolables dolores me iniciaron en el proceso más importante de mi vida. No lo sabía entonces, pero esos momentos quedarían grabados a fuego para siempre en mi mente .... no , más que eso, quedarían tatuados en el centro de mi corazón.
En estos ocho años que han pasado, muchas cosas han cambiado , entre ellas mi cuerpo, mi mente y mi alma. Principalmente mi alma y es que si alguien, en ese momento me hubiese dicho que ese 21 de febrero se transformaría en la fecha más importante de mi calendario , probablemente me hubiese reído a carcajadas.
Entonces no entendí la importancia del momento, ni la trascendencia que en mi vida tendría ese pequeño ser amoratado, negro , flaco y peludo que llegó al mundo usando como tunel de vida el cuerpo de una mujer que aún lo era, de una niña taímada y fría que la miraba extrañada, como intentando entender la relación de aquella panza incipiente que apenas se dibujaba entre su ropa y aquel ratón escualido , con una increíble nariz respingada y unos impresionantes ojos que miraban como reconociendo voces.
No te amé desde el vientre, ni desde el primer momento que te tuve entre mis brazos como suelen decir todas las madres que conosco... debo haberte amado, pero el miedo inmenso que se apoderó de mí en esos meses no me dejaron notarlo. Aprendí a mirarte, a cuidarte, a amamantarte y en el proceso, no sé en que momento mágico pasó, llegué a adorarte , a amarte con la locura enfermiza que hoy me hace extrañarte cuando no te tengo a mi lado y a imaginar tragedias griegas cuando estás lejos de mi abrazo.
Mi pequeño ratón, feo y sin gracia, con los años haz ganado en belleza, en inteligencia y en simpatía... hoy eres una hermosa niña con ganas de convertirse en pre-adolescente, con tu piel como dorada por el sol, tu estilizado cuerpecito y esos ojos que en el futuro deslumbrarán y destrozarán mil corazones, llenas mi mundo solo con existir y revientas de alegría mi corazón con tus besos infinitos, tus cartas, tus dibujos y tus delicados detalles que revelan el más inmenso amor.
En estos ocho años que mañana cumplirás he aprendido a amarte a fuerza de conocerte, de tenerte, de escucharte y de sentirte. Irrumpiste en mi vida sin preguntar, sin avisar y del mismo modo lograste adueñarte de mi alma, mi mente y mi corazón.
TE AMO HIJA.... más que a nada en el mundo... hasta mas allá de Plutón como dices tú.

No hay comentarios.: