7 de noviembre de 2006

El misterio de los calcetines

Mariana suele usar sus zapatillas de verano sin calcetines, y a veces aunque se ve mal sin ellos, sale a jugar a la plaza con sus amigos de todos modos, aunque su mamá siempre se enoja por eso.
- ¡Mariana ponte calcetines antes de salir! ¿por qué no te gusta usarlos?- pregunta cada vez que la descubre.
- Es que se ve mejor así- responde

La verdad es que a Mariana no le agrada estar sin calcetas, pero una vez que se las saca , nunca jamás logra encontrarlas y se pregunta si la lavadora comerá calcetines de colores.

Un día cansada ya de mentirle a su mamá, le contó a una amiguita lo que le pasaba“ es un gran misterio de la vida” respondió Camila, “en mi casa pasa lo mismo y a mis papás también”. Cuando Mariana escuchó la confesión de su amiga decidió que ya era hora de investigar de que se trataba todo aquello y le propuso convertirse en investigadoras privadas de los misterios de la vida, pero lo que en realidad le preocupaba era descubrir que pasaba con los calcetines, pues siempre encontraba solo uno.

Camila y Mariana se dieron la tarea de seguir de cerca el recorrido de sus calcetines calipso recién comprados.
- Me los pondré mañana y luego los dejaremos en la ropa sucia para ver que sucede con ellos... yo estoy segura de que las lavadoras se alimentan con ellos ¿ si no, como tienen fuerzas para lavar todos los días?
- ¡Porque están enchufadas a la pared de la casa poh! Quizás es la casa la que se los come para darle fuerza al televisor, la radio y la lavadora.

Con esas ideas en mente, las niñas se escondieron en un rinconcito que había entre la lavadora y la pared. Pasaron horas escondidas ahí , mientras sus mamás as buscaban asustadas pensando que talvez habían salido a la calle y se habían extraviado.

A eso de las cinco de la tarde un extraño ruido empozó a escucharse , las chicas se asustaron un poco pues pensaron que a lo mejor la lavadora estaría hambrienta y comenzaría a buscar que comer... pero solo se trataba de la panza de Camila que reclamaba su leche de la tarde. Salieron entonces de su escondite y fueron a la cocina en busca de un vaso para cada una , lo bebieron rápidamente y regresaron a su escondite secreto de investigadoras privadas.

Al caer la tarde ya estaba aburridas
- aaaah! No pasa nada, yo mejor me voy a mi casa a ver películas, tu lavadora y tu casa no comen nunca jamás, yo creo que lo que pasa con tus calcetines es que eres una desordenada y deben estar por ahí, entre tus juguetes- dijo Camila poniéndose de pie y abandonando el escondite.

Mariana se molestó con su amiga y pensó que ella no tenía alma de detective y que no serviría para ayudarla a descubrir el misterio. Se puso algo triste, pero continuo en su puesto de vigilancia , decidida a saber d euna vez por todas que había pasado con aquel hermoso par de calcetines rosados con mariposas lila que le había regalado su abuelita la ultima vez que la visitó.

-Ya es tarde- pensó mientras bostezaba con gran alboroto, cuando de pronto escucho dos voces que conversaban muy bajito.

- Apúrate Espiridripo que tengo frío!
- ¿porqué eres tan apurona?
- ¡ no soy apurona, lo que sucede es que tu eres muy lento! ¿ no ves que nos pueden descubrir?

Mariana miró entonces a su alrededor, pero no vio a nadie. El misterio era aún mayor ¿ como podría descubrir que pasaba en su casa si nadie mas estaba para ayudarla? Se preguntaba, cuando de pronto vio aparecer un par de personas chiquititas, no mas grandes que su mano, que cruzaban corriendo la cocina.

Los vio acercase hacia donde ella se encontraba y meterse en el canasto de la ropa sucia, perdiéndose entre las prendas que su madre lavaría la día siguiente. Al cabo de unos minutos , que a la niña parecieron horas, la pequeña mujercita salió del canasto cargando una de sus nuevas calcetas calipso.
-¡Que lindo color! Me encanta la ropa que tiene esta niña- exclamaba mientras el pequeño hombrecito arrastraba con dificultad un calcetín azul con rombos grises del papá.
- ¡Y a mi me encantan los soquetes de su padre! Con éste pienso hacerme un hermoso chaleco sin mangas, un par de calcetas cortas y un lindo sombrero.
- Yo me haré un lindo vestido con este y le agregaré las flores lilas de las medias rosadas que encontré la semana pasada.

¡Las calcetas rosadas con flores lilas que me regaló la abuela! Pensó Mariana, peor no se enojó con ellos. El misterio estaba resuelto, los duendes se visten con los calcetines de las personas , por eso es que en todas las casas se pierden , pensó .

Desde entonces, Mariana pide a su madre que le compre las calcetas mas lindas y coloridas del mercado , pues imagina la felicidad de las duendecitas al encontrarlas y los maravillosos trajes que se harán con ellas.