5 de febrero de 2007

Larvas inmundas


Flaco, largo, desaliñado con largos brazos colgando de cada lado de tu cuerpo eterno.
Tus bigotes dalínescos y tus sombreros.
Eras mi espantapajaros preferido... con tus amplias manos asustabas todos mis miedos y lejabas mis pesadillas.
Recuerdo la aspera piel de tus manos y tus codos, y la suavidad inesperada de las zonas escondidas, el tono tostado de tu hermoso rostro, la armonía de tus rasgos, y la increíble luz que emanaba de tus ojos.
Por las calles me parece escucharte, me llamas... pero no eres tu, es el viento que juega conmigo, que me toma , que me eleva y me deja sin aviso en el suelo.
En todas partes espero verte, pero no te veo y con el paso de los meses poco a poco voy comprendiendo que ya no te veré.
La rabia se apodera de mis pensamientos y la impotencia de mis sentimientos cuando pienso en ti y en mis ganas de escucharte, de abrazarte, de sentir tu respiración y la temperatura de tu piel.
Y las lágrimas caen por mi cara cuando pienso en tí, en tus labios, en como estás hoy...
Miles de larvas inmundas me roban tus manos, tus labios y esos ojos que hoy extraño ver.

Asquerosos parásitos festinan con la piel que deseo acariciar, con el pelo que mis dedos añoran enredar. Milllones de seres sin alma se apoderan de lo que es mío, de lo que prometiste cuidar para mí.
Y tu cuerpo ya no existe mas que en mis recuerdos, tu besos solo están en mi memoria y tu risa se esconde en mi cabeza.
Amigo mío, no sabes como te extraño, como espero verte y decirte cuanto te amo,cuanto te necesito y cuando quisiera volver el tiempo atrás... atrás para abrazarte, para llenar tu carita hermosa de pequeños y suaves besos, para jugar con mis manos en tu pelo, para tirar suavemente de tu divertidos vigotes, para mirarte a los ojos y que estos me invadan con tu luz... para sentir la tibia e inovidable temperatura de tu piel.
Deseo retroceder el tiempo para decirte lo que siempre quise decirte, para darte mi apoyo y demostarte mi amor. Quisiera tenerte en frente, para detenerte, para quitar esa soga maldita de tu camino, para borrar con mis manos tus lágrimas, para sostener tu cuerpo antes de que el suelo ensucie tu piel.
Pero ya es tarde, el tiempo sigue avanzando y miles de larvas inmundas me roban tus manos, tus ojos y tus besos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

es penoso ese hombre!1!!!!!

Alfredo dijo...

Veo que mi post abrió la serie para que recibieras otros comentarios...de tus escritos se deduce una búsqueda, pero no me queda tan claro si tus recuerdos derivan en un hombre real, de carne y hueso, sino que a ratos me parece que la mezcla de recuerdos creó al "hombre ideal" o, cuando menos, a aquel hombre imaginario que sirve para intentar resumir lo vivido o buscado en el resto...
Creo que has vivido el amor freudiano y hoy intentas encontrar, entre la maraña de vivencias, el amor shakesperiano (otro día te explico esta teoría personal...jajajajaja)...
Besos péndex...