Besos

A menudo pienso que estoy aquí solo por un error de sistema y que en realidad pertenezco a algún planeta lejano y desconocido ... o quizás solo me trajo Alf en su nave cuando llegó de Melmac.

A pesar de haber aprendido a convivir con la sensación permanente de sentir que no encajo a la perfección en ningún sitio ni situación, puedo decir con certeza y honestidad, que a lo largo de mis años he tenido la fortuna de encontrarme con varias personas en la misma situación.

Son pocos pero valiosos los amigos que comparten conmigo la alegría de sentirse y a veces hasta verse distintos a los demás. Es con ellos con quienes recorro la vida en busca de nuevas experiencias y sensaciones... son mis llamados hermanos karmicos con mi melliza de vidas pasadas incluída entre ellos, lo que definitivamente califica entre los sucesos mas extraños y afortunados que conforman mi existencia.

Si es díficil encontrar amigos provenientes de mi galaxia, encontrar un hombre que cumpla las características específicas que una Melmacciana necesita es casi tarea imposible... no obstante, más de alguna vez me he sorprendido con la similitudes existentes entre un hombre y yo.

Besar por primera vez a alguien, siempre ha sido para mí algo complejo y adrenalínico. El roce de unos labios extraños hasta el momento, es toda una experiencia que divide las líneas del futuro y que amplía el espacio que usualmente estoy dispuesta a compartir con alguien más. Besar es para mi una muestra de entrega e intimidad, que está casi en el mismo nivel que el acto sexual, los labios se unen y es díficil saber con certeza a quien pertenecen. Sabores, olores y texturas se funden en un mismo instante, creando sin saberlo sensaciones que pueden pasar de lo terrible a lo celestial.

¿Hay algo mas desagradable que besar y no coincidir? el primer beso es, generalmente, un momento crítico de unión corporal, a menudo chocan los dientes y las lenguas no logran coordinarse entre sí... pero a veces , las cosas no suceden así. En ocasiones me sorprende que al besar, reconozco los labios que por primera vez tocan los mios y los besos compartidos que se encuentran a la perfección, no chocan los dientes, no molesta la temperatura ni el ritmo de la respiración, todo es perfecto, como si esos labios que recién beso llevaran siglos junto a los míos.

Entonces pienso que el dueño de los labios que saben justo lo que quieren los míos, proviene del mismo lugar que yo... que ha viajado años luz solo para regalarme minutos galácticos en sus brazos.