24 de agosto de 2008

Termina la función-

Hoy es un día primaveral, el sol ilumina mi cama
y en mi cama, mi cara, mis ojos, se enfrentan con el sol
la luz entra por mis pupilas y llega a mi corazón.

Es hoy cuando me entero de que no tiene que haber razón
razón que te mantenga perpetuo en ese rol
rol q interpretabas fingiendo como el mejor
como el mejor de los actores, actuaste la función
la función que se termina al bajar el telón.


Cortinas de grueso terciopelo cubren el escenario
el escenario de mi ficción
de esa ficción que hice mía
como mío hice tu amor
tu amor que era de mentira, parte de la representación.

Imaginaba que era cierto
cierto lo que decía la canción
la canción que yo cantaba esperando en un rincón
en un rincón del alma, donde me ocultaba del dolor.

Y hoy de mis ojos ha caído el telon
ha cubierto el escenario donde interpretabas la función,
la función que ya termina
como termina mi ilusión.

23 de agosto de 2008

Tus miedos, mi desamor

La fiesta de tus labios bailando con los míos
esa donde mis sueños se volvían, por segundos, realidad
La suave caricia que nacía al unir nuestras frentes
y el dulce amanecer que veía en tus ojos
Nunca fueron suficientes, nunca bastaron para tentar a tu valor

Ves mis pies caminando en dirección contraria a ti
y tus ojos ya no brillan, no hay amaneceres ahí

Lo que sentí por ti, los sentimientos que guardaba en mi
se alejan, me dejan, se van
y corren por mis mejillas, lentamente, como no queriendo partir

Tu miras y no haces nada, nada por evitar
que este amor que existe y que se nos quiere volar
se quede una temporada más

Mis sentimientos se escapan en cascadas de sal
y tu no haces nada
si solo te atrevieses, si no reprimieras más
esas palabras que tu alma dicta y tu boca se niega a pronunciar.

Si dejaras el miedo a un lado
y me dejaras enseñarte a amar
como aman lo niños, aceptando y nada más
como quiere el viento que solo sabe acariciar
como adora el sol que siempre para ti estará
como amo, cuando me dejan amar.

18 de agosto de 2008

Escarbando en la basura

Hoy me he descubierto escarbando en la basura, en mi propia basura...
La necesidad de sentir cosas que hace mucho y muchas veces sentí, me llevó a sumergirme en mis recuerdos, a buscar entre cartas, tarjetas, fotos y antiguos blogs la princesa que, en un momento olvidado, perdí.


Busqué a mi princesa mimada, entre palabras de amor,promesas y dolorosos relatos de algún príncipe con el corazón destrozado.
La he buscado con ansias, casi con desesperación, solo para verla y comprobar que existe o que la menos alguna vez existío.


En medio de los escombros de amores pasados, encontré jirones de su vestido y pedazos de fotos con su sonrisa, espejos que alguna vez reflejaron el brillo de sus ojos y restos de piel gastada por continuas caricias.

En medio de la basura, que nunca fue basura, si no más bien restos olvidados de maravillosas personas del pasado, encontré trozos de hermosas historias, segundos de infinita felicidad, murmullos de risas contagiosas y el inaudible rumor de dos cuerpos unidos en un abrazo.

En un rincón del olvido hallé los pétalos de las flores que adornaban su peinado, y el escenario en el que le gustaba sentirse adorada, junto a ellos, los restos de una historia preservada en las apasionadas letras escritas por una mano enamorada de la clara piel de mi princesa.

Regadas como lluvia en el suelo, mis ojos vieron vestigios de labios cruelmente abandonados y convertidos en polvo, los besos regalados. Olvidados en el desierto de lo relegado, vieron pasar el tiempo esperando, pacientes, unos labios que nunca regresaron.


"No la encuentro, no está, no es real", pienso, mientras continúo con mi busqueda, pero de nada sirve, nada ni nadie se aparece por el lugar.

La brisa de los recuerdos llena mi boca con el sabor de lágrimas injustamente derramadas, por culpa de una princesa malcriada.
El aroma de historias resecas, de esfuerzos por retener a la inaprensible mujercilla y una tibia mezcla de alientos que susurran suavemente un te amo, viaja con el viento hasta mi oido, roza mi piel y acaricia mi cabello.

De pronto levanto la mirada y ahí está, frente a mí, pero no es la princesa que solía ser, no sonríe al mirar el sol, ni juega ya con las hojas que el viento eleva. Sus ojos han perdido brillo y su piel se ha engrosado, ya no hay caricias que la gasten suavemente, ni ilusiones que iluminen su mirada.

Las flores han desaparecido de su pelo hoy enmarañado y el sutil aroma de sentirse amado, hace tiempo la ha dejado. Sus labios, en apariencia iguales, reclaman besos de enamorados, ya se han cansado de imitaciones sin real emoción, de labios unidos sin sumar un corazón.

Ahí está la princesa que tanto he buscado, ahí abandonada a su suerte, castigada como si culpable fuese de exigir amor.
La miro, la observo con detención y calculo que con unas cuantas caricias, un poco de ilusión, un par de palabras susurradas al oído, una carta, una flor y un pequeño trocito de un corazón bañado en verdadero amor, podría devolver a sus ojos el color.

Ha cambiado es cierto, pero solo necesita atención y sentir vibrar la emoción de una esperanza albergada en su escondido corazón.
Decido ayudarla, la he extrañado y la he buscado, pues en mi vida hace mucho que falta su ilusión.

Quisiera tomar su mano y depositar en ella, una caricia que evoque una suave canción, más no puedo hacerlo. Ahí, parada silente frente a mí, observa, más su escudo no me deja llegar hasta su piel... decido rescatarla y comienzo por desenredar un pequeño mechón de nuestro enmarañado pelo.

7 de agosto de 2008

A veces

A veces, cuando pienso en ti, creo que me he enamorado. A veces, cuando me descubro pensando en la suavidad de tus labios y en la agradable temperatura de tus besos urgando, buscando y conociendo por enésima vez los míos, creo que mi alma te he entregado ya.

A veces, cuando recuerdo el aroma de tu piel, ese olor que desde el comienzo se me hizo tan extrañamente familiar, cuando entre tus brazos, con mi cara escondida entre tu pecho y tu cuello, aspiro y me adueño de él, creo que efectivamente me he enamorado.

A veces, cuando quiero huir del mundo, escapar de todo y sin embargo lo que hago es correr hacia ti, buscar tu apoyo o simplemente tu compañía; cuando no quiero saber de nada ni nadie, salvo de tus manos posándose dulcemente sobre mi rostro, creo que te amo.

A veces, cuando la razón desaparece y actúo guíada por una fuerza que desconozco, cuando hago lo que no quisiera mi orgullo hacer, cuando digo si mientras he jurado decir no, creo que este sentimiento que me domina es amor.

A veces creo que si me enamoré, de tus besos, de tu cuerpo, de tu risa y de la ternura que proyectas, de lo que veo en tus ojos mientras me miras y de tus caricias recorriendo mi piel.


A veces, más que eso en realidad, te extraño y siento que en cada pensamiento estás, pero a veces dudo y no comprendo ...si es cierto que me he enamorado ¿de qué me enamoré? y es que extraño el romance y el sentirme princesa de un cuento de hadas, las flores cubriendo mi cama y los pétalos de rosa que dicen te amo en distintos idiomas.

A veces añoro demostraciones de cariño, pasión y admiración pasadas, caminos de velas que me llevan hacia el ser amado, una noche organizada solo para mi, mi chocolate preferido envuelto en papel de mi color favorito, cartas escritas a mano en una simple hoja de papel, llamadas que solo digan cuanto me quieren... sueño con habitaciones llenas de mariposas o burbujas de jabón, con que me sorprendas y motives, con detalles que me hagan sentir importante, con que un día te ganes mi amor.

A veces, cuando pienso en ti creo que te amo, pero a veces quisiera saber por qué.