1 de febrero de 2008

Señales

Luego de mucho pensar, me di cuenta de algo que nunca antes noté : todos los suicidas o aquellos que alguna vez se esmeraron por ser uno de ellos, entregan señales y piden auxilio de las mas diversas formas.

Lo he descubierto hoy, pensando en ti y en tantos que no lograron lo que tu... lo he visto en numerosas ocaciones pero nunca antes entendí.

A menudo, cuando nos enteramos del trágico y buscado desenlace los que quedamos abajo del largo viaje nos preguntamos ¿por que? ¿por que lo hizo? ¿por que no pidió ayuda? ¿porque no me llamó? quizás sea una forma de hacernos a un lado, de dar tranquilizantes a nuestras conciencias pesadas, cargadas con culpas que no son de nadie mas que nuestras.

Y es que las respuestas a esos cuestionamientos son tan sencillas como complicadas de aceptar : si lo hizo, si llamó, si pidió ayuda... nosotros, el resto, sumergidos en nuestros propios problemas, cegados por la ilusión de felicidad en que vivimos, inmersos en el aburrido y egoísta mundo interno, en el yo primero, yo segundo y yo tercero, no supimos, no pudimos, no quisimos entender.

Como maquinas ciegas, sordas e idiotas, incapaces de comprender y ponernos en el lugar del otro, somos incapaces de ver el dolor aún cuando éste se equilibra sobre dos piernas temblorosas frente a nosotros, ante nuestros ojos. Yo misma no he sido incapaz de ver las múltilpes señales que amigos y seres muy queridos han intentado hacer evidentes, yo misma me negué a escuchar, a leer, a entender... yo misma que en innumerables ocasiones intenté enviar señales de humo para demostrar mi inmensa soledad.

Y he pedido ayuda y he gritado con sollozos silenciosos, con rabietas infantiles y excesos destructivos, yo misma lo he puesto en palabras y las he pronunciado con lágrimas en los ojos y aún así el mundo se ha negado a oir, a creer, a ver, a sentir.

Las señales abundan, aquellos que las envían suelen cambiar, dejar de mirar directo a los ojos, evitar la luz y la gente... como despidiendose del mundo conocido.
Cada suicida entrega pistas, los demás no nos damos el tiempo de verlas.

He pensado mucho en ti, sabes que siempre lo hago, más cuando las ideas se me confunden como hilos de una enmarañada madeja, cuando las circunstancias me superan y me hacen sentir como una niña perdida, cuando los pensamientos comunes me inundan sin que pueda yo evitarlo.

Te quiero,te adoro y donde quiera que estés espero que sepas perdonarme y que puedas aprender a escuchar... ahora tu.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

perdon, solamente quiero que sepas que me encantaria que tuvieramos la instancia de conversar y que me pudierses dar una oportunidad de recuperar tu confianza. besos Litho

Alfredo dijo...

Las camionadas de cariño y amor siempre las has tenido...desde hace más de un año, en el que nos hemos visto poco y nada, pero ya vivimos cosas lindas que me hacen desear tenerte más cerca, para recibir y darte esos abrazotes y besos que nos merecemos por ser tan bacanes...jeje.
Las palabras sobran, como escribí antes en el blog...prefiero la sensación de una noche melmacciana y los secretos compartidos, las noches de Pucón que me hicieron conocerte como "colega" y la visita a un hospital a ver una señorita que jamás quiso repetir el compartir un ron y terminó sin apéndice...ahora, con una muchacha renovada por la salud, crece el amor por tí, péndex...lo más íntimo queda en persona...jaja...a ver si te convenzo de juntarnos alguna vez...besos, te adoro péndex...