3 de enero de 2008

Que sencillo

Que sencillo es criticar, que fácil juzgar y que liviano resulta comentar lo que hacen los demás.
Segura estoy de que si, cada uno de nosotros tuviera el poder de ponerse en los pantalones del otro, bajo su piel y ciscunstancias muy pocos quedarían con ganas de hablar.

"si lo hecharon" dijo, disculpando al pobrecito niño infenso que, obligado por la vida, por lo que hicieron los demás, abandonó lo único que no debió abandonar jamás... mientras no comprendo, mientras la pena va llenando poco a poco mis venas,aguando mi sangre con silenciosas y saladas lagrimas, las tres palabras, como tres puñales se clavan en mi espalda rozando mi corazón.

Si tu comprendieras padre mío, que la vida no siempre se crea, si no que a menudo solo sucede, si te hubieses puesto en mi lugar un momento, si quizás y por una sola vez, tu dura piel sintiera lo que la mía y tu alma se compenetrara con la mía, entenderías.

Tan sencillo como hablar es decir que se ama, pero no lo es en realidad. Amar es desear el bien para el otro, por sobre los hechos, por sobre los prejuicios y los propios deseos, es apoyar incondicionalmente, es aconsejar y estar de todos modos si la desición tomada no concuerda con lo conversado... es callar cuando no se conocen los pormenores, cuando la vida no fue capaz de ponerte dentro del que está en frente.

Con escasos 18 años, asumí la vida que dentro mi, sin quererlo ni esperarlo, crecía, seguí adelante, haciendo frente a los cambios que lentamente deformaban mi cuerpo y cambiaban mi vida, tranformandolo todo desde mi alma hasta mi relación con mi entorno. Apoyada la mayor parte del tiempo, muchas veces me sentí sola y asustada, pero aún así seguí adelante, acostumbrandome y aprendiendo a querer a aquel ser q sentía pero no conocía... hasta que llegó el día en que sola, dolorida y muerta de temor, en una sala rodeada de extraños, nos vimos las caras por primera vez.

Nunca llegó el pobre niño que obligado por las circunstancias se marchó meses después,la celebración fue buena al parecer, pues mientras partida en dos por el dolor, insistía en que lo llamaran, sola, sin pareja, padres, ni amigos alrededor, sentía como mis caderas se preparaban para dar paso a ese ser desconocido, el pobre muchacho brindaba con emoción.

Y perdoné, sin rencores, perdoné y lo acepté, cuando horas después se dignó, con una sonrisa idiota y una excusa estupida, a aparecer.

El tiempo pasó, muchas cosas buenas llenaron nuestros días y muchas malas mi corazón... amenazas, intentos de suicidio, engaños y traición, presión mezclada con amor.

Si papá, pobre niño que obligado por las circunstancias se fue... tienes razón hoy hace falta en mi vida, un loco suicida, un drogadicto y homosexual, que continue traicionando mi confianza y acostandose con la pareja lesbiana de su mamá... hace falta quien hable mal de ti y de mamá, de mi y que dude de su paternidad, que me torture con amenzas de suicidio, cortandose la venas o intentando lanzarse al metro si no regreso con él.

Si papá... pobrecito, si era tan bueno pero esta gran maraca que tienes por hija, lo hechó sin contemplaciones....

Que sencillo resulta hablar sin conocer la verdad ¿no papá?

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