18 de enero de 2007

Recuento

En medio de una conversación femenina, comenzamos a hablar de sexo( era que no!!!) y entre preguntas y confesiones, alguien preguntó ¿en que sitios han tenido sexo? al principio pareció ser una pregunta sencilla, fácil de responder e incluso inocente, muy de la época en que recién comenzabamos a incursionar en el sexo. Pues bien, en un comienzo pensé que la respuesta era fácil... pero con el pasar de los minutos, las horas, los días e incluso las semanas he comenzado a analizar el tema y cada vez que lo pienso, nuevos episodios, de esos que nuestra memoria esconde en algún recóndito sitio por alguna extraña razón, llegan a mi mente con imágenes cada vez mas vívidas y recientes.

Así, pensando y pensando, una pregunta llego a mi mente de improviso ¿de que depende que algunas personas estemos dispuestas a dar rienda suelta a nuestras pasiones en cualquier lugar y circunstancia y otras no estén dispuestas ni siquiera a cambiar de posición? ¿será posible que una misma sociedad, con las mismas posibilidades, con la misma religión y los mismos educadores, tengan la habilidad de producir personas tan dispares entre sí?

Una vez realizada la pregunta me encontré con un nuevo problema... no pude responderme, de modo que me dispuse a poner a trabajar todos mis talentos investigativos y me sumergí en el mar, a veces tempestuoso, de mis recuerdos amatorios. Y hasta yo misma me sorprendí.

Hay cosas en la vida que uno extrañamente olvida, o mas bien relega a un rincón escondido de nuestra mente, rincones que por lo demás ni siquiera tenemos conciencia de tener. El asunto es que al intentar recordar todos los sitios en los que he tenido sexo, no pude evitar recordar a todos los amantes con los que me he lanzado feliz a disfrutar del vicio mas económico y natural que nuestro cuerpo nos puede otorgar.

Muchos rostros, no diré cuantos, vinieron a mi mente, luego sus voces llegaron a mis oidos de ayer, sus pieles, sus miradas, sus cabellos, sus besos y sus cuerpos se hicieron presentes en la reunión convocada por mi memoria. Poco a poco, hombres de todas las edades, cuerpos, colores,razas, contexturas, carácteres y nacionalidades llegaron a la cita. Que fiesta que se armó!!!
Recordé las palabras que cada uno me decía, las promesas realizadas, los sueños soñados en conjunto y a veces de en solitario, las alegrías, los paseos , las salidas, las peleas, los abrazos, los besos, las caricias y el sexo....
Como tantas cartas distintas encontré, penes distintos recordé... una fiesta de sentidos volvió a mi mente... nunca antes tuve tantos hombres disponibles solo para mí, haciendo solo lo que yo desee...
y es que la memoria tiene ese don único de ver solo lo bueno cuando quieres... que algarabía, que liberación! de cada quién recordé solo lo bueno o lo que a mi de ellos me parecía bueno. Así reuní la inocencia de mi primer beso, la curiosidad de mi sexualidad adolescente, el anhelo virginal, la pasión del enamoramiento,el deseo por la belleza, el ardor y la energía de los 20 años, el amor de quienes me han amado y la experiencia de los años.
Aún no puedo, o no quiero, despertar de ese lindo sueño, en el que todo lo bueno de cada andante, pololo, novio, pareja o amante era para mí en el mismo instante...
Finalmente no pude recordar lugares exactos, ni situaciones concretas, solo sensaciones y emociones... y aunque para algunos mi vida amorosa sea un completo desorden o simplemente excesiva... en el recuento realizado no encontré nada de eso... solo hallé instantes , momentos de felicidad y está bien, al fin y al cabo la vida se compone de momentos, ojalá muchos de los buenos ... y la mía está sobre una montaña de ellos!!!

No hay comentarios.: