20 de octubre de 2008

Odio Heredado

Herencia, hereda, heredar.... ¿qué es posible y que no es posible heredar?
Y es que un misero espermio, de los millones que generas a diario es capaz de heredar mucho más que sólo genes, mucho más que rasgos, mucho más que un color de ojos o de piel.

Hoy pienso en ti y en tus ojos, y en lo mucho que me gustaba perderme en tu mirada, esa en la que creí, esa en la que muchas veces soñé permanecer y pienso en lo que quedó de eso que yo creí amor...
y esta panza que crece no es capaz de contener, tanto sentir
tanta sangre contenida, tantos recuerdos de ti y quisiera eliminarla, aplanar mi vientre con una mirada, borrar con una pluma los sentimientos que genera y lo que alguna vez sentí por ti.

Heredaste, con un mísero espermio, más que unos ojos y un color de piel,
cuando debiste heredar amor, heredaste odio y hoy me pregunto si alguna vez podré dejar de odiar a este niño que crece y que es tan mío como tuyo, pero que cargo solo yo... al que ignoras como lo que no se quiere amar.

Este ser que sueña con amor y al que no lo espera mas que dolor, este sueño que sueña caricias, caricias que no quiero dar.
Y mi vientre crece y crecerá, al compás de tu ausencia y al amparo de mi soledad.
Te espero y te esperaba, aunque tarde llegaras, más nunca apareciste y en mis sueños te dormiste, mientras mi niño crecía y yo te quería.

Nunca regresaste, sospecho que en un rincón del olvido, me olvidaste.
Y te odio porque quisiera olvidarte y no puedo,
en mi vientre, segundo a segundo, potentes latidos me recuerdan que soñaba cuando me besabas.

Pequeño heredero de tu pelo, diminuto heredero de tus manos, minusculo heredero de tus ojos... ¿alguna vez podré llegarte a amar?