14 de octubre de 2008

Matar para vivir



En la vida existen temas entretenidos, aburridos, sencillos y complejos de tratar. También los hay muy, pero muy difíciles, tanto que, vistos desde distintos puntos de vista, las opiniones pueden ser tan diversas como personas participen del mismo, ya sea como observadores o protagonistas.

El aborto inducido es uno de ellos, lo primero que se viene a mi mente con dicha palabra es un rotundo NO, que nace quizás, desde lo más profundo de mi alma, de las enseñanzas y valores recibidos, sumados a los cientos de vídeos e imágenes retratando pequeños cadáveres destrozados, abandonados como si no se tratase de restos humanos, si no mas bien, de un montón de basura que nadie se atreve a desechar, de una vez por todas, en el vertedero.

Ese primer y rotundo no, solo dura un segundo en mi mente pero se mantiene latiente en mi corazón... no conocemos los motivos, ni las circunstancias, ni los protagonistas... piensa mi lado mas racional y en efecto, si lo analizo, pienso que muchas veces, evitar el nacimiento de un ser que no tendrá cabida en este mundo, que no tendrá las mismas posibilidades que los demás niños, que no contará con el apoyo, ni cariño materno, paterno, familiar y social, que probablemente esté destinado a sufrir gran parte o toda su vida, es lo mejor.

Luego pienso en el derecho que todos tenemos de hacer con nuestras vidas y cuerpos lo que deseemos "eso lo hubiese pensado antes de meter la patas..." dirá más de alguno, pero pienso en todas las veces que las cosas, los hechos, la vida se escapa de nuestro control... en ese caso ¿quién puede decirle a una niña, adolescente o mujer que hacer o no con su cuerpo y su vida? como mujer creo tener el derecho a elegir si quiero o no cargar con una responsabilidad así, a pensarlo dos veces y a evaluar si estoy o no en condiciones o si simplemente tengo la capacidad de hacerme cargo de una vida más. Lo pienso otra vez e imagino que no, si no puedo evitar algo tan sencillo como un embarazo, ni hacerme cargo de mi propia vida ¿cómo podría guiar la de un nuevo ser?

La pregunta queda rondando en mi mente y aún cuando lo pienso una y otra vez, creo que, aun cuando me duele imaginar cortar una vida que tenía el mismo derecho a caminar por las calles, sentir la lluvia en su rostro, ver un atardecer, sentir el dulce aroma de las flores en primavera,llorar, reír y amar al igual que yo, el derecho a elegir pertenece sólo a quien deberá postergar su propia vida en beneficio de quien no pidió nacer, de quien no tiene cabida en su propia existencia... no tengo una idea clara, pero insisto en que cada mujer tiene un mundo dentro de si y otro que la rodea, nadie puede saber, ni probablemente entender que pasa dentro de quien debe y puede decidir sobre la vida de un ser que para muchos ni siquiera lo es.

Desde mi análisis, creo que nadie tiene derecho a juzgar este tipo de resoluciones, matar es pecado dirán algunos pero ¿no lo es también cortar las alas y eliminar los sueños de quien quiere volar? si en la guerra puede un hombre anteponer su vida a la de otro y le está permitido matar ¿por qué no anteponer la vida de una mujer a la de un nuevo ser?... lo pienso y creo que podría plantearse como una necesidad, la ley del más fuerte...matar para vivir ¿Quién podría decir si está bien o mal?